Bots: los robots que mueven la conversación digital

Chatear con algún servidor, (Chatbots) ya sea del banco donde tengo mi cuenta hace más de veinte años o para hacer una consulta sobre mi servicio médico, puede llegar a ser desesperante.
Al principio, cuando recién salió este servicio, me pareció una idea muy buena, ya no tenía que quedarme esperando a que me atendieran en el teléfono por horas, solo para hacer una pregunta, el acceso desde mi celular o cualquier dispositivo digital al chat, me evitaba dolores de cabeza.
Pero ahora no lo siento así, aunque debo reconocer que han mejorado, este servicio puede llegar a desesperar. En ocasiones no tienen la pregunta que quiero hacer disponible, o simplemente me responden con algo que ya he probado y no me funciona, por ejemplo, ir a la página web.
Si bien, han facilitado la vida de muchas personas, en otros espacios como las redes sociales, este recurso lo han utilizado para desinformar.
De quien hablo es de Los Bots, programas automatizados que están diseñados para publicar, reaccionar y amplificar mensajes a gran escala. Aunque parezcan simples herramientas tecnológicas, su impacto en la forma en que percibimos la realidad digital es profundo.
Desde una perspectiva técnica, los bots son cuentas controladas por software que interactúan automáticamente con otros usuarios, simulando comportamientos humanos. Su objetivo puede variar, desde compartir información útil hasta manipular debates públicos o inflar la credibilidad de ciertos discursos.

Sin embargo, su papel más polémico aparece cuando se vinculan con la propagación de desinformación. Investigaciones como la de Shao et al. (2017) han demostrado que los bots pueden acelerar la difusión de fake news, amplificando rumores o narrativas políticas antes de que las audiencias humanas puedan verificar su veracidad.
Los robots del like y el retuit, son los encargados de que un mensaje parezca más popular de lo que realmente es, generando una ilusión de consenso. Si miramos con detalle, algunas cuentas de candidatos políticos usan este recurso, creando miles de cuentas falsas para retuitear cada publicación y en cuestión de horas, ese discurso gana visibilidad, legitimidad aparente y, con frecuencia, poder persuasivo.
El problema no es solo técnico, sino cultural; los bots actúan como multiplicadores de tendencias y distorsionadores de confianza. En un entorno donde los algoritmos priorizan lo popular sobre lo verdadero, su actividad puede influir en elecciones, mercados y hasta en creencias colectivas.
Por eso, entender a los bots no es solo una cuestión de ciberseguridad o ingeniería de datos. Es una tarea de alfabetización digital. Reconocer cuándo una conversación está impulsada por estos títeres digitales es un paso esencial para recuperar la autenticidad del debate público en la era de la automatización.
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Por: Diana Socha Hernández